En la cultura grecolatina se hallan los fundamentos de la cultura occidental. Modificada para sí por los romanos en aspectos hoy críticos, la civilización surgida en torno al mar Egeo moldeó las bases del pensamiento y ha sido manantial de sabiduría durante su posteridad. La historia de la antigua Grecia se divide convencionalmente en tres etapas: la Época Arcaica, la Época Clásica y la Época Helenística. Tres fases que se desarrollan a lo largo de diez siglos de evolución cultural. De aquí, nosotros hemos querido extraer una serie de nombres, los más representativos e influyentes de la cultura griega en la historia coetánea y posterior. Al igual que el escritor Michael H. Hart, no queremos continuar sin declarar la naturaleza subjetiva de nuestra lista, razón por la cual muchos lectores podrán discutir la idoneidad de algunos de los personajes. Somos conscientes de que esta tarea se resuelve defectiva ya en su génesis: Muchos más son los nombres de semejante patrimonio cultural. Como ejercicio de síntesis, traemos los siguientes:

1. Homero

Homero (s.VIII a.C.) es el más importante autor de todos los tiempos por cuanto influyó en las artes y en la literatura posterior. En consonancia con su importancia y su antigüedad, la figura de Homero ha viajado en un ir y venir constante entre la leyenda y la historia, y ha suscitado innumerables páginas de estudios de búsqueda de la auténtica autoría de las obras que convencionalmente se le atribuyen: La Odisea y la Ilíada.
Como antiguo aedo, Homero no habría sido el autor de los poemas épicos, sino el responsable de la composición ordenada de una serie de fragmentos orales. Este aedo significa para la historia el final de la tradición oral y el comienzo de la literatura escrita.
Su procedencia y su vida, su obra e incluso su propia existencia han generado debate desde la propia Antigüedad. De modo similar se sigue discutiendo en la actualidad sobre la autoría compartida de los dos poemas mencionados en lo que se conoce como "la cuestión homérica". Las dudas sobre la atribución de Odisea e Ilíada a un mismo autor se deben, entre otras razones, a la gran distancia estructural y de madurez literaria que se percibe entre las dos obras.
En cuanto a los datos biográficos del autor, los estudiosos se han aproximado a un consenso que establece algún punto de la costa de Asia Menor, en torno a la isla de Quíos, como el lugar de procedencia del famoso poeta griego. Esta afirmación, menos contundente de lo que se desearía, se basa en la lengua del autor (jonio y eolio) y en el pormenorizado conocimiento que parece tener de aquella región.
En el siguiente enlace dedicamos un completo artículo a Homero, poeta de poetas.
2. Pericles

Pericles (s.V a.C.) fue, probablemente, el político más importante de la antigua Grecia. Su impecable gestión política y su inteligente actuación como estratego militar hicieron de su tiempo la época dorada de Atenas hasta tal punto que esta parte de la historia griega ha sido denominada como "Siglo de Pericles", aunque su gobierno apenas duró un tercio de siglo.
Como hijo del político Jantipo y de la alcmeónida Agarista, Pericles pudo alargar sus estudios lo suficiente para aprender filosofía y retórica. Posiblemente fue su idea de Atenas como centro cultural lo que con más fuerza retuvo su figura en la historia occidental. Con su impulso a las artes y la literatura atrajo al servicio de su ciudad al escultor Fidias y a los historiadores Heródoto y Tucídides, así como a los grandes tragediógrafos, Sófocles y Eurípides. Esta transformación cultural de la ciudad también la disfrutó el filósofo Sócrates, de edad algo más joven que Pericles, y Anaxágoras, filósofo y matemático griego que llegó a hacerse íntimo y a influir en la forma de pensar del propio estadista. De entre los anteriores, los dos personajes más próximos a la figura del político ateniense son, probablemente, Tucídides y Fidias.
El símbolo más característico de la actual capital griega, la Acrópolis de Atenas, fue reconstruida y embellecida con la mayoría de templos que hoy conocemos por la política de Pericles, después de que los persas descargaran todo el vigor de su ejército contra los edificios que se levantaban con anterioridad sobre ella.
Como estratega militar, a Pericles se le recuerda principalmente por la implicación de Atenas en la Guerra del Peloponeso. Según el propio Tucídides, ante la importancia que cobraba Atenas en la segunda mitad del siglo V a.C., los lacedemonios (espartanos) se vieron obligados a la guerra. Menciona a Esparta como instigadora del miedo y el odio a la hegemónica Atenas que desembocaron en la Guerra del Peloponeso. Otros aseguran que fue Atenas la que, queriendo llevar su sistema democrático a otras polis, tuvo un papel mucho más activo en la detonación de la guerra.
3. Alejandro Magno

"Mégas Aléxandros" en griego, Alejandro Magno o Alejandro el Grande (s.IV a.C.), supuso un punto de inflexión en la historia que conocemos hoy, al igual que sucedió con la caída del Imperio romano de Occidente o el estallido de la Revolución Francesa. En efecto, la división convencional de la Historia de Grecia dispone en la muerte de Alejandro Magno (323 a.C.) el final de la Época Clásica y el comienzo de la Época Helenística.
Alejandro Magno, hijo de Olimpia y de Filipo II de Macedonia, recibió la completa educación que correspondía a alguien de su alcurnia y responsabilidad. Desde muy pequeño le enseñaron a valorar las obras de los grandes poetas griegos, como la Ilíada, y ya en la adolescencia se convirtió en alumno del filósofo Aristóteles, quien influyó sobremanera en su interés por la geografía, la botánica y la zoología. En las "Vidas paralelas" de Plutarco, Alejandro es comparado con Julio César.
El rey macedonio más importante de todos los tiempos se convirtió rápidamente en legendario, dado el vasto imperio que construyó sobre los territorios conquistados. Desde su Grecia natal, el reino de Mégas Aléxandros se expandió por Asia Menor, Mesopotamia, Persia y la región que ocupa actualmente Pakistán, atravesando el río Indo y quedándose a las puertas del subcontinente indio. Sobre la base de sus conquistas se formó posteriormente, durante la época helenística, el dialecto griego de la koiné, una suerte de lengua estándar que sirvió para facilitar la comunicación entre los hablantes de los distintos dialectos griegos y cuyo principal componente era el griego ático, el dialecto de la región en la que se sitúa Atenas.
Alejandro murió, según la tradición, a la edad de 33 años. No han faltado quienes han visto en esta cifra y su coincidencia con la edad a la que murió Jesús de Nazaret el resultado de un posible sincretismo entre el cristianismo y la historia legendaria del rey macedonio en la cultura grecorromana.
4. Aristóteles

Aristóteles (s.IV a.C.) es posiblemente el filósofo griego más influyente de Occidente. Nació en Macedonia, en la ciudad de Estagira. Su padre, Nicómaco, fue el médico del rey de Macedonia, Amintas III, por lo que se sabe que, durante un tiempo, padre e hijo residieron en Pella, capital del Reino de Macedonia desde el s.IV a.C.. A la muerte de aquél, Aristóteles fue enviado a Atenas, a la Academia, como pupilo de Platón. Más tarde, Aristóteles volvería a Pella para convertirse en preceptor del nieto del rey Amintas, el que más tarde se convertiría en Alejandro III de Macedonia, o Alejandro Magno.
Una vez que Alejandro dejó las enseñanzas de Aristóteles, el filósofo volvió a Atenas y abrió su propia escuela, a la que llamó Liceo, y cuyos integrantes fueron conocidos como "peripatéticos" (del gr. "peri-patéo": "pasear") por su costumbre de pasear mientras dialogaban.
La obra conservada de Aristóteles pertenecía al material que se usaba en el Liceo, a modo de apuntes para los alumnos. Esto proveyó a la obra de Aristóteles de un formato particular de tratado, alejado de los "Diálogos" de su maestro, Platón, mucho más fluidos y literarios que académicos. Destacan las obras de madurez, entre las que se encuentran "Poética", "Retórica", "Metafísica", "Política" y "Ética".
Aristóteles murió en la isla de Eubea, poco después de Alejandro Magno. En el año 2016, un grupo de arqueólogos griegos pretendió haber descubierto el mausoleo de Aristóteles en la ciudad de Estagira, para cuyas conclusiones se apoyan en un texto en el que se menciona el traslado del cuerpo de Aristóteles a su ciudad natal.
5. Sófocles
Sófocles (s.V a.C.) fue uno de los tres eminentes tragediógrafos griegos, junto con Esquilo y Eurípides. Su nombre estudia en la escuela aún hoy, y no pasa un año sin que se interprete y versione cualquiera de las escasas siete obras que nos ha legado la historia de forma íntegra.
Sófocles aparece en la Suda, un compendio bizantino de sabiduría del siglo X que nos aporta mucha y valiosa información sobre la Antigüedad. Según esta enciclopedia, Sófocles fue un dramaturgo ateniense, autor de elegías y de hasta cuarenta tragedias, de entre las cuales, siete ganaron el premio. Precisamente son siete las obras completas de Sófocles que han llegado hasta nuestros días: Ayax, Traquinias, Antígona, Edipo Rey, Filoctetes, Edipo en Colono y Electra.
Los temas que trata y los conflictos que observamos en sus obras son universales: Justicia, venganza, honor, libertad, deseo y la amargura del inevitable destino. Sófocles ha sido influyente a lo largo de la historia universal, hasta tal punto que dos de sus obras le pusieron nombre a un conflicto anímico denominado por la psicología como complejos "de Edipo" y "de Electra". La "Antígona" es otro ejemplo de tragedia cumbre, en la que, más allá del valor estilístico y filológico, Sófocles fija con precisión y para la eternidad el conflicto entre las leyes divinas/morales y las leyes humanas. Antígona ha sido en ocasiones tomada como modelo de mujer libertaria e icono de la lucha contra la servidumbre y contra la opresión de la soberanía estatal. Debido a la infinita actualización del tema, ésta es una de sus obras más representadas y favoritas hoy en día.
6. Fidias

Fidias (s.V a.C.) fue un escultor ateniense de época de Pericles, de gran relevancia en el panorama artístico de la antigua Grecia debido, principalmente, a sus obras en la Acrópolis de Atenas, realizadas por encargo del gobernante ateniense para la completa reforma de la Acrópolis una vez destruida ésta por el ejército persa.
Sus obras más conocidas en Atenas son la Atenea Partenos, la Atenea Lemnia y la Atenea Promacos. Fueron realizadas en oro y marfil, mármol y madera o bronce, y ninguna de ellas se ha conservado. La dirección del trabajo magistral de los frisos del Partenón, por otra parte, se suele atribuir a Fidias, debido a la época, el lugar y el estilo en el que se llevaron a cabo; de todo lo anterior, el friso sería la única pieza original del trabajo de Fidias que nos ha legado la historia. Si conocemos los demás rasgos, en cualquier caso, esto se debe o bien a copias posteriores, habitualmente romanas, bien a imágenes de monedas encontradas, o bien a las descripciones que sobre ellas encontramos en autores antiguos como Plinio o Pausanias, o bizantinos, como Nicetas Joniates.
Otras muchas obras fuera de Atenas le han sido atribuidas, entre las que destaca el Zeus en Olimpia, estatua crisoelefantina, como la Atenea Partenos, de una docena de metros de alto y que formó parte, junto con el Templo de Artemisa en Éfeso y el Coloso de Rodas, de las Siete Maravillas del Mundo Antiguo.
7. Safo

Safo (s.VII a.C.) fue una poetisa griega especialmente conocida por sus poemas amorosos. Hoy en día hay consenso en la excelente calidad literaria de la lírica de Lesbos pero, lamentablemente, de su obra ha llegado una parte insignificante. La razón por la que la transmisión de sus poemas ha sido tan deficiente se debe, con toda seguridad, a su fama de mujer dedicada a la perversión de muchachas jóvenes. Hay quien lo justifica explicando que los responsables de transmitir su obra no tuvieron en cuenta las dos realidades que se escondían detrás de la figura de Safo: la escritora, por un lado, y el personaje, por otro.
Sabemos de Safo que nació en el seno de una familia noble de Éreso, se exilió en Sicilia y, posteriormente, vivió en Lesbos. Su personalidad ha despertado un gran interés a lo largo de la historia. Por Heródoto sabemos de uno de sus hermanos, el comerciante Caraxo, y de su hija, Kleis, de la que también encontramos un hermoso cuadro de Klimt. Tanto en Estrabón como en "Heroidas" de Ovidio encontramos información sobre el amor entre Safo y Faón. Igualmente se ha sugerido que estuvo casada con Cércilas de Andros y que Alceo fue su amante.
Uno de los aspectos de Safo sobre los que con mayor interés se ha especulado ha sido su orientación sexual y, si bien ella misma nos habla de su inclinación hacia las mujeres, cualquier juicio posterior sobre sus palabras se eleva sobre fundamentos más propios de la moralidad y hábitos occidentales modernos [Al respecto, puede resultar interesante la lectura de Sexo y homosexualidad en la Antigüedad].